4 Alimentos para sustituir las ganas de comer dulces
Todos hemos pasado por esos momentos en los que el cuerpo (o el cerebro más exactamente) nos pide algo dulce, chocolate, bollos, helado… De hecho, puede ser que tras mencionarlo ahora mismo te apetezca.
Esto se debe a la sensación placentera, pero pasajera, que nos genera la ingesta de estos alimentos. Sin embargo, lejos de saciarnos o ser parte de una dieta equilibrada, nos pueden provocar una serie de problemas si su consumo es abusivo y/o repetitivo.
Los dulces nos disparan “el azúcar” en sangre, y como eso no es lo ideal, el cuerpo responde segregando mucha insulina entre otras hormonas (eso si la diabetes no ha visitado ya…). Cuando esto sucede nos llega “el bajón”, y es cuando la glucosa vuelve a valores normales… y el cerebro nos pide más… y más…
El azúcar no es adictivo como tal, pero sí que puede generar cierta dependencia si no somos capaces de controlar esos estímulos, provocando excesos calóricos diarios, sobreesfuerzo del páncreas… Y a la larga provocando problemas ya conocidos como obesidad y diabetes tipo II, enfermedades que van de la mano y que si no se tratan pueden llegar a ser mortales.
Es por eso por lo que te voy a dar una serie de consejos (en forma de alimentos) para que los caprichos se conviertan en ricos y saludables momentos.
1. Frutas, nuestras aliadas.
Mucha gente te dirá que tienen muchas calorías o mucho azúcar… Y tienen razón, pero a medias. El azúcar presente en las frutas enteras (nos olvidamos de los zumos…) se encuentra “encerrado” y su liberación en el organismo es más paulatina, evitando los picos de insulina.
Además, las frutas tienen cantidad de compuestos beneficiosos, vitaminas, minerales y fibra, siendo esta última una gran arma para ayudar a saciarnos y evitar comer de más.
2. ¿Chocolates? Sí, pero cuanto más negro mejor.
El chocolate en su justa medida no es un mal snack, pero depende mucho del tipo. El chocolate con leche de toda la vida tiene una cantidad ingente de azúcar disuelto, y la cantidad de cacao es despreciable. Para ir acostumbrándonos tenemos que hacer dos cosas: La primera, medirnos las raciones de chocolate que ingerimos, no pasándonos nunca de un límite. La segunda es elegir el chocolate con mayor proporción en cacao posible. Pero si no nos gusta su amargor hay que ir poco a poco, subiendo con el tiempo la “graduación”. Hay que llegar al cacao puro, es nuestro objetivo.
Si lo que queremos es 0% azúcar hay opciones en el mercado edulcoradas que nos pueden ayudar.
3. Yogur “con cosas”.
Si tuviéramos que elaborar una poción mágica contra esos ratos en los que el cuerpo nos pide algo, podemos partir con la base del yogur, como en las típicas heladerías en las que puedes elegir qué echarle a tu yogur helado.
El Raúl López Bravo – @rulomaleit
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